MIREN USTARROZ. LAPIDARIUM.

Aunque parezca lo contrario, hacer ápidas no era mi sueño. Hacer lápidas es una casualidad en mi vida.



Todo empezó en una Escuela de Artes y Oficios en la que estudiaba. La mayoría de mis compañeras y compañeros de clase estaban preocupados pos su futuro laboral, puesto que estábamos estudiando un módulo nuevo y la dirección de la escuela (eso creíamos) no se esforzaba lo suficiente para promocionar el grado. Por eso, en los ratos libres, maquinábamos estrategias para salir adelante. Mi idea de negocio integraba todas las especialidades que se impartían en la Escuela. Tal vez esa fue la razón de que alguno se tomaran en serio aquella idea que realmente no lo era.



Yo quería montar una funeraria en la que todos tuviéramos trabajo. Los de Escultura, los de Evanistería, Grabado, Fotografía, Cerámica....Y hasta los músicos del conservatorio, con los que compartíamos espacio.







Por eso, uno de los profesores retomó esta idea cuando nos tuvimos que enfrentar al proyecto de fin de curso: y tú que te ríes tánto de la muerte, porqué no haces algo que tenga que ver con eso? Y así lo hice. Realicé una urna funeraria con forma de mujer sosteniendo una tinaja entre las piernas. No lo acabé, aunque me valió para aprobar.







Y así, todos mis amigos se enteratron de lo que hice, y a uno de ellos se le había muerto el padre y me propuso diseñar algo para su nicho. No sé cómo, pero le dije que sí; tal vez para demostrar a mis compañeros que la idea podría funcionar.

Es hora de reclamar espacios dignos para la muerte. Los cementerios que tenemos en la mayoría de ciudades y pueblos están abarrotados y no cuentan con un diseño apropiado. Tal vez (los ayuntamientos) han intentado que prime la funcionalida frente a la estéteica, pero una cosa no quita la otra; es más, en este caso, se hace necesaria. Como dijo Vito Acconci "al crear espacios diseñas el comportamiento de la gente".

El espacio es esencial, como también lo es el de la industria, que ha copado la representación con diseños clónicos, poco trabajados, sin intención monumental, con poco sentido estético.

Los edificios, demasiado altos, de nichos, construídos de y con la forma más lúgubre, hacen que visitar un cementerio sea , además de triste, desagradable.

Existen algunos elementos dentro de los cementerios que son importantes.
Igual que las linternas en los jardines japoneses, las fuentes cumplen un papel fundamental dentro de los cementerios: surten el agua necesaria para mantener las flores frescas, la hierba verde...Se dice que donde hay agua hay vida y según Karl Lowith "la muerte no está en contradicción con la vida, sino que es constitutiva de ella". Por lo tanto la fuente cumple un papel simbólico fuerte dentro de este espacio: es el motor de la idea de la vida, es el lugar metafóricodel rio (rio como vida), de nacer y desembocar portando siempre el mismo elemento: el agua.